Reguladores internacionales intentan encontrar la manera de supervisar las finanzas descentralizadas
Los reguladores financieros internacionales quieren tener su participación en las finanzas descentralizadas (DeFi), pero no se ponen de acuerdo en si pueden hacerlo simplemente ampliando las normas vigentes.
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Los organismos de normalización consideran que las DeFi, que utilizan un software para copiar servicios financieros tradicionales como préstamos, son el próximo paso en los mercados cripto. Sin embargo, en una serie de artículos publicados esta semana por el grupo de asesoría financiera Eurofi, los reguladores dijeron que no saben cómo enfrentarán los riesgos asociados a las finanzas descentralizadas, tales como lavado de dinero, ciberataques y estafas.
“Las DeFi tienen que inspirar más confianza”, escribió en uno de los artículos Morten Bech, director de Swiss Innovation Hub, compañía dirigida por el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), una asociación de bancos centrales del mundo.
“Hoy en día, quienes conocen el mundo cripto se aprovechan de la falta de experiencia de los usuarios”, escribió Bech, y mencionó estafas como el front-running, también conocido en español como inversión ventajista, en la que traders se anticipan a las ventas para manipular precios.
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La Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO, por sus siglas en inglés), un grupo de reguladores nacionales como la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido, tuvo en cuenta su punto de vista y está buscando desarrollar políticas para las DeFi.
“Si las DeFi pueden copiar productos financieros, también pueden copiar otras características de los mercados financieros, en particular su capacidad para desarrollar interconexiones que puedan amenazar la estabilidad de todo el sistema”, dijo Martin Moloney, secretario general de IOSCO, y se refirió al reciente fracaso del protocolo Anchor desarrollado en la blockchain de Terra.
“Nuestra ambición es desarrollar un marco básico y aplicable internacionalmente que esté basado en nuestros principios y recomendaciones para dirigir las actividades cripto y de activos digitales que imitan a los productos financieros”, expresó Moloney.
Hasta el momento, la regulación cripto consistió en tomar las normas existentes de los bancos, por ejemplo, y aplicarlas a los equivalentes de la Web3 más cercanos, como las plataformas de trading cripto o proveedores de billeteras.
Pero ese enfoque ya está creando problemas, como cuando las personas almacenan sus propias cripto en lugar de utilizar un proveedor regulado. Y los reguladores poco a poco se están dando cuenta de que no siempre funciona.
Fernando Restoy, presidente del Instituto de Estabilidad Financiera, señaló que las cripto tienen inconvenientes, como errores de software o excesos de garantía, que no existen a la misma escala en las finanzas tradicionales.
“No es sensato simplemente apoyarse en el eslogan ‘misma actividad, misma regulación’”, aseguró Restoy, cuya organización actúa como una suerte de think tank junto a BIS, y citó el lema que muchas veces los legisladores utilizan cuando buscan expandir las normas existentes a nuevos sectores. “Sería un error concluir que las DeFi requieren que las autoridades solo ajusten el perímetro regulatorio de diferentes actividades financieras”.
Las obligaciones tradicionales para prevenir el lavado de dinero “podrían no ser efectivas en un entorno descentralizado”, dijo Restoy, especialmente por las transacciones internacionales. “Una de las tareas principales debería ser identificar a las partes que se benefician con los negocios DeFi y evaluar cuándo y cómo podrían ser considerados responsables del cumplimiento regulatorio”.
En los últimos meses, responsables políticos como el banquero Joachim Wuermeling han pedido que reguladores internacionales del estilo de los bancos se encarguen del creciente “casino” DeFi. Otros barajan ideas sobre cómo conseguirlo en la práctica, como la “supervisión integrada”, en donde un código informático les da a los reguladores una posición privilegiada para supervisar actividades financieras.
Para Bech, los reguladores deberían intentar llegar lo más lejos posible utilizando los métodos tradicionales.
“La supervisión entonces podría parecerse a la supervisión de infraestructura tradicional: los responsables deben cumplir con las normas y son censurados si no lo hacen”, dijo Bech. “La atención está sobre los participantes y el sistema en general”.
A pesar de que es difícil hacer cumplir las normas sin un operador central, él sugiere que la naturaleza pública de la información blockchain podría ayudar a los supervisores a evaluar los riesgos y que ellos también podrían solicitar intermediarios para utilizar solamente mecanismos considerados seguros.
En todo caso, los reguladores que son testigos de la turbulencia en el mercado cripto están dispuestos a evitar repetir la crisis del mercado financiero de 2008, que temen que pueda provenir de un sector no regulado.
“La nueva y valiente especie que evolucionó en la isla cripto necesitará demostrar su competitividad si es liberada en el continente y tendrá, como mínimo, la misma necesidad de regulación”, comentó Moloney. “Lo que ha sido volverá a ser”.
Este artículo fue traducido por Natalia Paulovsky.